Sergio Raimondi
悬挂 (XUÁNGUÀ)
悬挂 (XUÁNGUÀ)
Dejemos de lado el carácter monumental de la obra
parte de la planificación destinada a transformar
usando un tercio del acero y la mitad del hormigón
que se produce a lo largo y a lo ancho del planeta
un paisaje milenario con infraestructura de avanzada;
testimonio concreto --en principio en sentido literal--
del crecimiento del PBI desde la apertura gradual
peculiar e incesante hacia la economía de mercado
y por tanto también demostración de la magnitud
omnipresente y superior de la instancia del Partido;
tampoco abordemos la relación entre la dimensión
colosal del proyecto y el tamaño igualmente colosal
de una reserva de mano de obra en movimiento
constante de las zonas rurales a las zonas urbanas
y cuya ocupación es garantía de conflictividad baja;
y ni siquiera pongamos a consideración la cuestión
más específica del desafío de ingeniería involucrado
en la edificación de este interminable puente colgante
capaz de superar en suspensión la corriente del Yangtsé
que parte el amplio territorio en dos amplias mitades
con el fin de sostener la autopista futura Pekín-Shangai
mediante cables ultrarresistentes de gran espesor
hechos en realidad cada uno de miles y miles de cables
que parten de dos bloques de anclaje soterrados
en los suelos inundables de ambas puntas de la costa;
más bien reparemos en la cuadrilla sobre la pasarela
allá en lo más alto, venidos todos de una misma localidad
alejada a kilómetros según un método de contratación
pensado para privilegiar el uso de un dialecto común
necesario para entender indicaciones sin interferencias;
fijémonos entonces en ésos que acaban de terminar
de ajustar esos cables por lo pronto no tan tirantes
como sus propios nervios en una tarea de alto riesgo
dominando el vértigo de la altura y de la historia:
tal vez sean ellos la verdadera obra en construcción.