Silvana Franzetti
西班牙文
Aus: Der Weststrand
V
Frühstück, „Herr Ober, die Staukarte bitte“
. . .
Sie hocken im Modder wie komische Vögel
Die Krallen abwärtsgerichtet
Plastikbeutel als schwarze
Wehende Kröpfe, Muschelsucher
In La Tranche-sur-Mer. Einsame lüsterne Arbeit
Der Dichter,
für eine rohe Mahlzeit.
Was zählt
Das Ende der Geschichte
In diesem alltäglichen Schlick
Wo oben unten ist und Tod Leben.
. . . Und er benutzte die Zeit, darüber nachzudenken
Wie paradox es ist
Daß uns Stöße Genuß bereiten
„Ein Stochern im Leib. . . dankbar aufgenommen“.
Im Gesicht einer Frau
Liest er, öffnet sich was sich öffnen läßt
Mund und Auge, mehr
Liest er im Gesicht einer Frau.
Siedendes Wasser. Sie schlürfen die Muscheln
Eine Nacht nach der andern
Betäubt mit Zitronen
Und ich hoffte wieder, mich der Dinge
Die mich treffen
Ein Erwählter
Würdig zu zeigen.
VI
Ein Mittag ohne Adresse, windflüchtig, süchtig
Nach Sonne streunst du
Aus dieser Schlucht Politik
(„dem Leben
Wiedergegeben”) in die blühende Steppe. Hättest
Du dir das (und von wem)
Träumen lassen? Eine Watt-
Wandrerin, unabhängig
Deine Seele, von den Zapfsäulen
Spürst du das Schwimmgleichgewicht der Landmassen
Auf dem pulsierenden Erdkern. Themenwechsel
Der Kannibalismus unter Galaxien
Du kannst sagen, du bist dabei. Die Plattentektonik
Der Geschichte („gleichsam ein Auffahrunfall“)
Und der Superkontinent
Pangäa erhebt sich
COCA COLA aus dem Weltmeer.
Jetzt hast du alles (was du nicht brauchst), atme auf
Sechzigmal der Wechsel der Jahreszeiten
Dreimal der Wechsel der Zeitalter
Darunter machst du es nicht;
nimm
Die Dinge, wie sie nicht länger sind
Mit kalter Achtung: kein Passant . . .
en passant.
从: Lustgarten, Preußen. Ausgewählte Gedichte
Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag, 1996
ISBN: 3-518-39624-2
录制: 2000 M. Mechner, literaturWERKstatt berlin
De: La playa del oeste
V.
Desayuno, “Mozo, la carta de embotellamiento, por favor”
…
están agachados, en el lodo como pájaros cómicos
las garras dirigidas hacia abajo,
bolsas de plástico como papadas
negras que flotan, buscadores de mariscos
en la Tranche-sur-Mer. Trabajo solitario y lujurioso
El poeta,
para una comida cruda.
Qué cuenta
el final de la historia
en este barro cotidiano
que está abajo arriba y muerte vida.
… y usó el tiempo para reflexionar
qué paradójico es
prepararnos para el disfrute de los empujones
“Comer sin apetito en el cuerpo… gratificación asimilada”.
En el rostro de una mujer
él lee, y se abre eso que se deja abrir
labios y ojos, es más
él lee en la cara de una mujer.
agua en ebullición. Comen los mariscos
noche tras noche
rociados con limón.
y una vez más tuve la esperanza de mostrarme
las cosas que me encuentran
digno de
ser elegido.
VI.
Un mediodía sin domicilio, viento fugitivo, adicto
al sol, te vas
de este trago político
(“devuelto a
la vida”) en las estepas florecidas. ¿Lo hubieras
soñado (y de quién)
alguna vez? Una Watt-
migratoria, tu alma
independiente de los surtidores de nafta
percibís el equilibrio de los agrimensores en las piletas mineras
sobre el núcleo terrestre pulsante. Cambio de tema
El canibalismo entre galaxias
podés decirlo, estás en eso. Las placas tectónicas
de la historia (“como quien dice un accidente trasero”)
y el supercontinente
Pangea se levanta
COCA COLA desde el mar del mundo.
Ahora tenés todo (eso que no necesitás), respirá
sesenta veces el cambio de estaciones del año
tres veces el cambio de época
entretanto no hacés nada;
tomá
las cosas, cuánto tiempo hace que no están,
con atención fría: ningún transeúnte…
en passant.