Vicente Luis Mora
VISIÓN DEL VASO II
VISIÓN DEL VASO II
Y sin embargo, vaso, hay cosas
que nos unen:
mis ácidos nucleicos
y las escasas proteínas
que deja el escribir
se forman en compuestos cristalinos.
Y el sílice lejano del que vienes
es anisotrópico,
de modo que sus propiedades
fluctúan –como yo–
según la dirección
en que se observen.
En un cristal de cuarzo la luz
no puede propagarse
por igual. Ese es mi caso:
la sombra es mucho más espesa
si es percibida
en dirección de dentro a fuera.
A los mil grados ambos
dejamos de ser lo que ahora somos:
tú que naciste del fuego
te vuelves líquido viscoso,
yo que vengo de ese líquido
acabo en llamas.
Y, sobre todo,
lo más importante:
yo sin sentido
y sin relleno tú
somos idénticos,
dos formas de vacío
en el espacio.
Basta un rayo de sol
para cambiarnos.