Mirta Rosenberg
EL TIEMPO - Lunes 22
EL TIEMPO - Lunes 22
Principalmente el yo, Lengua,
sin metáfora es molesto,
pura voz,
y grita.
Su advertencia inflamada
irrita a quien es Lengua Cuidada
como vos, ¿ves?: se es
lo que se dice ser,
y a otra cosa, o se es nada.
Soy una raíz prefijada
para las recaídas de la declinación,
en cualquier sentido.
Alguien que conozco dijo:
“Lo mejor de la ilusión
es la desilusión”,
y a eso tuvo que atenerse
por haberlo dicho,
como si no fuera lenguaje
figurado sino desliz soluble
en literalidad.
La traición de la lengua madre
en todos los idiomas
es, Lengua,
la desilusión de los sentidos.
Como decir “un vaso de agua”
“llueve a cántaros”
“llueven gatos y perros”
por ejemplo,
ya son expresiones aceptadas
que dan por hecha
la desilusión del hablante
del oyente
y de la fuerza
de la costumbre.
Pero si digo
“líquido como un beso
es el sonido de tus palabras”,
soy consuelo del sentido,
una raíz indeclinable
donde algo tuyo,
Lengua, seguirá lloviendo
en esas lluvias todavía,
de tu boca a la mía
de tu boca a la mía.