Reynaldo Jiménez
* [Camisa de fuego]
Camisa de fuego
Camisa de palabras
Con mi saco de limbo llevo la cuenta
De la regulación instantánea que prodiga
No escribo sólo rayo la superficie de tu piel
Oh pátina del mundo que delira
De deseo de luz de una voz que hable por él
Una voz para que tenga con qué más adelante
Descascararse desde dentro hasta la cara
Médula de la nebulosa que ronda el odio
Mientras caen las escaleras con las caravanas
El oasis hasta la incandescencia
Camisa de rayos
Camisa de piel
Se deshilachan los banderines de oración
Pero este verso casa del hambre es una voz
Que sale de sí misma para nunca descifrar
Quizá encontrar ese panal a punto de dar a luz
Camisa de sed
Camisa de miedo
De hielo
Pero
Desnudo como el que más
O menos
En peliaguda luz
Del corazón estoy
Hecho un nudo
Tras la corteza
Del cerebro
De un dios de hielo
Como el que más desata
Rayos y truenos
Está en la nuca
La luz donde otros dioses
Discuten el precio del barquero
Cáscara de nuez del cerebelo
Seré bello como una mancha
Adentro mío vivas plantas
Despacio sin prisionero
Rápidos lúmenes ceremoniales agujeros
Por donde afluye el contratiempo
El trompo gira entra en sí mismo
Enceguecido amante diamantino
Tras el penumbral de su delirio
Razón de ser el mártir de su feto
Innato atambor contra sussurro
Hablo sin embargo de ese espejo
Que no es aquí sino en el fuego
Y con espinas minuciosas despego
A piel ajena el tiempo hecho trizas
Un pueblo de risas la lejanía nubla
La razón contra el sigilo de vidrio
Por donde se hace imposible concluir
Sediento va el amante a disolverse
Para no verse más que enrarecido
Animalejos olfatéante sin abstraerse
Y toda chispa va escuchando
La pira nupcial de su argumento
Anzuelo
Vienen a escucharse los sargazos
Si nacer para flotar
Sin hacer sino
Ceguera sola
Suelta de escuchar
Apoyar la oreja en la tapia del fondo
Desfondar la pared de musgo abisal
Siempre es el vértigo ese consejero
Apacienta de forma que no entienda
No deseo sacarme de su estrecho
El ajuste de sus pulpos ciclópeos
Ni lo digo por confundir meta ruido
Sino para abrir aleta en el mar
Alerta detrás de estas letras
El aleteo estelar
El pánico escolar
El tajo ultramar
Por ese sendero entripo sierpe
Vida mía si no fueses el mar
A marearse vienen las visitas
La guija que gira en la ouija
Con voz proscrita más fantasmar
Parla palabras fósiles afloran
A la superficie delta venículas
Transparencias de cierta piel
No sé decirla siempre vibra
Encantadora serpiente
Persiste en tu rabiosa luz
Hiende por el esqueleto
Hasta nutrir silencio húmedo
Donde germinen los caminos
Cambiando cuántas escuchas
No sabría decírtelas aunque
Vibra
Radiosa vulva
Larva mi razón
Ninfa la tuya
Para este nudo
Asiste a la muda
Desnudez ceguera
Hambre de alegría
Se fue la musa
Y llegaste
Camisa piedra
Camisa sed