Diana Garza Islas
SI SÍ COLMENAN
SI SÍ COLMENAN
Qué tanto nace capullo que no fui y di permiso.
Qué tanto tiene forma oval, color así, dalila en medio,
nombre mío, que no ví.
Y con un calosfrío, por no temblar.
Y con un volado roto, para mí.
Y encontrarlo abierto, en la puerta,
y ya saber.
Que han venido a vernos,
y prender la luz oval, y vernos.
Súcubos, cuando quise decir sucios.
Caución, porque no puedo escribir canción.
Campar, porque no puedo cambiar la piedra.
Y otra serie de dudosos prestigios
que enseguida, enumeraré:
Carne, destazada lateralmente,
y del lugar de los pelitos;
Carne por la parte superior, y una suavidad
que calificaré de mestiza;
Carne del tamaño de una tecla
o de una mariposa, presumiblemente azul;
Carne toda presionada en los lugares precisos,
y puesta ahí, preciosa sólo para ser por mí vista;
Carne en vasos sin sal y con algo enteramente
derramado
—telescopios, fucos, tal vez alas acoplándose,
entre otras dulzuras.
Tales como
el lugar donde pisé, la tarde,
y su nido. O su a mí me dan el nido.
O su dame la llave del nido.
O su a mí me dan desas fiambres
/ de estuches lucertinas.
O como esa vez, que una abeja picó
y hubo colores
y un calor distinto ví venir.