Amaranta Caballero Prado
LA CALLE DE LAS MÚLTIPLES COSAS
LA CALLE DE LAS MÚLTIPLES COSAS
Nada más cierto, nada más irreal:
el recuerdo aleteando sobre el nido.
¿El nido es la memoria?
Los tendones, los huesos, la sangre, los pulmones
y todas las personas que hemos sido ya.
(O la elegancia de la palabra: sarcófago.)
Sobre la nueva calle: múltiples las funerarias, engarzadas, inmediatas,
compartiendo tabique, arena, pared, como la hilerita de los dientes de leche,
como todas las blancas palomas palabras que nunca te dije.
¡Compartiendo las múltiples cenizas!
Los cuerpos tiesos, en reposo, a la espera;
los anuncios gritan: “Cremación 24 horas”
mientras el olor –entre adobo y pollería–,
entre químicos y ungüentos
golpea la cara justo con la ventisca.
La rampa de la nueva calle, el ir y venir de los pasos lentos,
las aceras y el caminito de los nuevos vidrios,
¿Qué más hay que el ahora?
Me gustó verte, hablar contigo, y aunque todo llore, decirte sonriente:
Construyo un nido nuevo, ¡Albricias! ¡Albricias!