Tálata Rodríguez
Rana Sobre Piedra
Rana Sobre Piedra
Ayer estaba en la selva,
saltando
como rana sobre piedra
resbalando,
buscando el hueco dónde poner el pie
musgo, viejo verde.
En uno de esos pozos,
entre muchas rocas preciosas,
nacían las cascadas y las mariposas.
Mi hija despertó la creciente
batiendo el río con sus piernas gordas y fuertes,
una espuma blanca con su luz.
Una rama con incontables
bananitas bocadillo,
dedos dulces de gorila.
Ayer estaba a la vera de un camino,
desde una cuatro por cuatro estacionada
sonaba cumbia vallenata.
A todo volumen.
Cuatro personas tomaban cuatro cervezas,
comían “detoditos”,
jugaban al tejo:
“Hágale hágale, hágale”.
Caía el sol, ahí,
entre esas cuatro montañas.
Yo había ido a comprar papel higiénico
pero me compré una cerveza
y subí hasta una loma,
campanitas amarillas, campanitas blancas
puntitos. Bastones de obispo.
Trepé a un árbol
y me fumé un cigarro
como la paloma blanca,
cortando la flor.
Lo que no puedo pensar sobre todo existe.
Como antes las mariposas,
ahora nacían las nubes,
y los picos de las montañas eran las rocas desafiantes
¿En qué hueco poner el pie?
Me gustaría saber más del mundo,
bajo el sol: usar sombrero, manga larga.
Comer la fruta,
sólo lo que cae.
Pero alimentamos a los peces en parques recreativos
Hundimos nuestros pies en el barro
para que unas tortuguitas
nos chupen los dedos.
Cosquillas.
Los ojos que te miran
se cierran en los tuyos.