ŠTA SAM RADILA

Svuda sa sobom
vodila sam
svoje privide.

Nosili su moje cipele.
Jeli iz moje zdele.
Spuštali svoja ljupka
klupka na moje krilo.

Oštrim zviždukom
očiju katkad me
izvodili u otvoren
kosmos. Van sveta.

Da umiremo
za sva ta kratka
svetla i brze muze.

Da ližemo pogledom
snežne vrhove. Kupe
svemirskih Urala.
Ćije barice na tlu  
planete ponekad
u sanjivo i vrelo podne
ispije golub.

Upisivala sam ih
u visoke škole.
U duboke strasti.
Učila ih jezicima
drugih bića. Ludilu.

Listala za njih
nerastumačljive
priručnike
nežnosti i bola.
 
Usavršavala ih
u načinima disanja.
Kaligrafiji. Blistanju
kože. Molitvama
svemu klonulom.

Da bljesnu.
Kao neisplakan bakar.
Kad stignu na samit
mrtvih ruža.

Iza okretnih vrata.
Gde iz punog sjaja
zauvek se otkotrlja
dugme carskih noći.

Da škripnu.
Kao fibula.
Kad sklopi se.

I nasleđem svog
ranjivog dara veže
dve usamljene
grudvice.
Puste zemlje.

© Tanja Kragujević
Extrait de: Plavi sneg.Pesme [Blue Snow. Poems]
Vršac: KOV, 2008

QUÉ ESTUVE HACIENDO

Por doquier conmigo
estuve llevando
mis ilusiones.

Llevaban mis zapatos.
Comían de mi plato.
Dejaban caer sus ovillos
de cariño sobre mi falda.

Con un agudo silbido
de los ojos a veces
me llevaban al espacio
sideral. Por fuera del mundo.

Para fallecer
por todas esas luces
fugaces y esas musas rápidas.

Para lamer con la mirada
las cumbres nevadas. Las copas
de los Urales espaciales.
Cuyos charcos en el suelo
del planeta de vez en cuando
al mediodía soñoliento y caliente
la paloma se bebe.

Las inscribía
en escuelas superiores.
En pasiones profundas.
Les enseñaba los idiomas
de otros seres. La locura.

Para ellas revisaba
los manuales
no interpretables
de la ternura y del dolor.

Las adiestraba
en las maneras de respirar.

En la caligrafía. En el brillo
de la piel. En las plegarias
por todo lo abatido.

Para que refulgieran.
Cual cobre sin llorar.

Cuando lleguen al summit
de las rosas muertas.

Detrás de la puerta giratoria.

Donde del brillo completo
para siempre se desploma
el botón de las noches imperiales.

Para que crujan.
Como la fíbula.
Cuando se dobla.

Y para que con la herencia
de su don vulnerable junten
dos montoncitos
solitarios.
De tierra desierta.

Traducido del serbio por Silvia Monrós de Stojaković