Pedro Tamen

portugués

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De neve nada sei, de sol também,
de milhares de sossegos acordados,
da subida do teu rosto atrás dos ombros,
da mão ardente, da vista da sacada
nada sei.
Ponho palavras como coisas feitas:
só entre elas, enquanto jogam, leves,
seu rodado sem cor nem qualidades,
minha ciência existe, e já não minha,
ou só tão minha como tua e delas,
ar entre os dedos, sumo de verdades.

© Pedro Tamen
De: Retábulo das Matérias
Lisboa : Gótica, 2001
Producción de Audio: Casa Fernando Pessoa, Lisboa 2004

África, la más interior

Vení a un país cálido
con clima de rosas
y frondosas puertas verdes
donde unos hombres desnudos
son tus socios.
¡Hacia allá! Hacia allá
quisiera ir con vos, amor
vení

desde tu edificio tu agenda perpetua eterna
nieve / sala de espera donde la historia mira fijamente los horarios
amarillentos de arribos y partidas los viajeros / arribo de tropas
EL LUTO NO ESTÁ PERMITIDO

Bajo los tamariscos suaves
en las lluvias tropicales que lavan
las consignas, los protocolos secos.

Mirá el mar, es lo contrario
con olas alegres que van hacia lo libre
hacia allá

Hacia allá no hay camino.

Si vas, el tiempo va a batir sus alas.

Tomá el camino hacia la izquierda, por el corazón
y traspasá la frontera.

Donde florecen los limoneros, ¡pim pum!

En quelque soir, par exemple, le touriste naïf EUROPA
ESTACIÓN TERMINAL los vagones oscurecidos del cuarto
mundo que estalla de hambre / detrás del muro del tiempo: estruendo
grito ininteligible / sangre que gotea por las suturas
de la derrota / granizo del futuro y casi quiero / Me
parece que debe ser como en el tiempo plomizo
pueden matarte, y tal vez

sobrevivís
solo e indeterminado
 ¡vení! ¡hacia lo libre, amigo!

No queda en el sur, no queda en el exterior
donde los hombres desnudos
donde la lluvia
que no es poderosa y sin embargo pertenece a la vida
eso que deseamos
donde a vos nada
el país más interior, el extraño
esperado. Tenés que traspasar la frontera
con tu cara válida.

Tu España roja, tu Líbano

Conseguilo antes de jubilarte.

Nos encontramos, dijo él, en el camino errado. Todo
hace pensar que se va hacia abajo. Cierre los o-
jos un momento y escuche cómo cruje. Es el
final. Si esperamos, vamos a sobrevivirlo. Estamos en
el mejor camino. Solo necesitamos continuar con
la tarea. Un momento antes, podríamos balancear, p. ej., una
vez más la tabla, o como quiera llamársela, por sobre el punto
cero y decir: ¡va subiendo! Ahora se de-
limitó una diagonal en el sótano. Hacia las cucarachas,
señoras y señores. No desespere, vaya a la  
empresa, envuélvase en la lona, compáctese.

Ya nos enteramos de la terrible noticia, nosotros
no pusimos nada. Adieu. Dijo el hombre en
Itzehoe y se escabulló detrás de la ventana.

Non! no vamos a pasar más el verano en este pa-
ís tacaño, donde siempre somos prometidos unos a o-
como huérfanos,
vení
mariscos requisados, cigarra
ponete en camino
cuerpo en vida:
MIRÁ EL MAR, ES LO CONTRARIO.
CONSEGUILO ANTES DE JUBILARTE.
TENÉS QUE TRASPASAR LA FRONTERA.

Traducción al español rioplatense de Silvana Franzetti