Er hat seine Rituale

Er trinkt nach jedem guten Essen
einen Schwarzen mit Genickschuß
er pinkelt nur im Sitzen, wenn er
besoffen oder verliebt ist

in der Zeitung liest er vom Krieg
und bestimmt danach seine Kleidung
auf dem Weg zur Arbeit, zwischen Trasse
und Zäunen, kann er das Lama riechen

seine letzte Geliebte warf seine Tasse
aus dem Fenster, da stand sein Name drauf
ein Geschenk der Eltern
er ist der Idiot der Familie

er hat sein Schiff in der Flasche
die kann er schütteln oder auch nicht
sein Vermieter hat einen merkwürdigen Namen
er atmet zu flach, Gott steht ihm bei

© Berlin Verlag
From: Großes Kino
Berlin: Berlin Verlag, 2005
ISBN: 3-8270-0584-1
Audio production: 2004, M.Mechner / Literaturwerkstatt Berlin

LA SOMBRA

En memoria de mi hermana, Rosy, (2.11.1946-21.2.2004)

Desde que estás muerta
me he acostumbrado a visitar esta habitación.
Me gusta su vacío, sus triunfos modestos,
la manera como se derrama el sol por las cortinas de gasa
para colocar un bloque de luz en el suelo desnudo.
Normal. Sin pretensión alguna. Una quietud
suficientemente grande para contener una habitación
que compartimos cuando niñas, de vacaciones en Talloires.
Un cuarto que huele a cera de abejas,
un temblor de agua de lago
y montañas que se asoman como el futuro.

Las cortinas de muselina ondean en sus pliegues,
floreadas como un camisón de noche,
y te imagino a ti, que siempre te vestías con cuidado,
deteniéndote para arreglarte la falda
frente a este alto espejo entre ventanas.
Dentro de su estrecho alcance
todo se ve dos veces más claro,
el sofá rayado, y el grabado en cuyo marco dorado
reluce el sol como en una trenza de pelo.
Estas dos sillas que se han puesto de espaldas
han acabado la conversación de una vida entera.
El sol subraya como ya carecen de importancia
mientras toca un respaldo curvado
con calidez y color.

Mejor fijarse en ese áspero pedazo
que el sol pone de manifiesto en el muro de enfrente.
¿Es una sombra, sucediendo como sucede la muerte,
una parte del mundo exterior del balcón,
o simplemente es que el yesero abandonó su trabajo?
Lo miro bien y saco coraje de esta desnudez,
de este yeso manchado con una grieta en su centro
como la confluencia de dos ríos.
De este fiel retrato de las cosas, tal como son de verdad.

Traducción: Joan Margarit
Punk con Salterio, 4 Estaciones 2008