Víctor Toledo
LA LENGUA ORIGINAL
LA LENGUA ORIGINAL
El mar es la lengua de la voz original, en sus prados azules se reúnen, verdeantes, renacidas, las palabras del mundo que las olas elevan y hacen estallar en un siseo veloz sobre las copas lunares, quemantes de su espuma.
Cuando alguien muere, retoma en las manos de Neptuno la lengua universal, comprende al fin todos los idiomas de las épocas y habla con las cosas a través de la voz efervescente de la fugacidad, o de una señal inmarcesible en los astros, a los seres que ama, pues abarca el infinito.
En las campiñas azules, en las viñas doradas del mar, se extienden todas las palabras, hojas retoñadas, despuntando otros botones, y el cielo que bajó a la tierra besa, con su morada lengua enamorada, las costas del mundo, el secreto de los labios, las redondeadas playas de las piernas: "el poeta ama a la poesía como el marino ahogado al mar" porque el alma encuentra al paraíso.
Sobre el claro del bosque de senos, lleno de flores azules y Amarillas, la luna extiende su vestido virgen como un camino. Y las rusalkas de los acentos callan. Es plenilunio.
Danzan peces multicolores alrededor de todas las lenguas, de las palabras amadas que fueron y serán, y cuando devoran alguna, y a su vez el hombre los sustenta, surge otra forma de hablar, otro giro, otro color, otra expresión, que es la misma del tiempo inmemorial, y que sólo las húmedas estrellas, las ostras abiertas con dulzura, suelen recordar.
Sólo los peces, guiados por la Luna, por las dulces caricias mortales, desovan a ciegas videntes vocablos: el día justo llega al lugar exacto, pues en las playas del mundo, se extienden aladas, las luminosas oraciones: las hadas, las amadas palabras.
La lluvia devuelve a la tierra el mar: el esperma celeste de las (z)etas brotadas bajo la voz del rayo, y entrega a los olvidados sacerdotes las runas selectas, rutas secretas, tréboles sagrados, espirales olas, peces parlantes, llaves ignotas de la lengua original.