Juan Antonio Masolivier Ródenas
[En el último invierno de mi vida]
[En el último invierno de mi vida]
En el último invierno de mi vida
he visto el sol, sus casas
blancas, sus calles de luz: vidrios
de mica y sal en el absorto mediodía
de lo ya vivido.
He visto el baile mío hecho de anillos
y a Lucía llorando con sus ojos belgas
suavemente estrábicos
que no saben amar, desbordados
por mi amor excesivo.
Y he visto las acequias
en el aire, los pétalos,
los caballos orinando
y llorando. He visto mi alma
en la capilla de la Virgen
que amé. En las calles
del sol, llenas de cruces.
Y yo estaba desnudo en la lluvia
pidiendo limosna, olvidando
las palabras, adivinando
esta cruz en el pecho
que me ahoga.
Soy el ciego en el sol,
en su luz que ilumina y enciende
las calles de Masnou, la casa
oscura, las flores amarillas,
la alacena y la carbonera.
Y al morir sólo quedan los recuerdos
como un sol encendido
o las puertas abiertas
de una casa vacía.