In zwanzig Jahren

werde ich altgeworden sein, oder? Nämlich gebrechlich,
geschwächt, habe mehr als gelegentlich dann,
ja gewiß gleichermaßen systematisch

Ausfälle des Gedächtnisses, des Wahrnehmens.
Und die Löcher, wie Mottenfraß,

werden aber andererseits
Gewebeverdickungen sein - Löcher nur meinerseits -
unauflösliche, undurchdringliche
Knoten. Dazwischen ich.

Seit ich denken kann, ein Geschrei jedesmal,
wenn ich durchkomme irgendwo - von irgendwo nach
(unvermutet) irgendwo.

Werde dies Durchkommen zeitlebens als Text
aufgesetzt, gewebt haben, plusquamperfekt.

Also doch dauerhaft dann,
jedes Mal, schärfer, rascher als jetzt & zeitlebens
wahrnehmen, was bleibt, verdickt, während ich
abnehme.

Abnehme, zunehmend stocke, stutze, stehe und
Schluß. Kehre ich um, wie vor verschlossenen Türen?

Schließlich weg sein,
als Kürzel mich überholender Perspektiven

einst in die Welt gesetzt, unvollendeter Vergangenheit.
Heerzugsmut, schicksalsergebener.

Es sei ausdrücklich wieselflink,
wie unterwegs das Bachwasser blink.

Werde nicht hören, was man
Unbekömmliches sagt. Reine Materie, still doch.

Sinnlöcher, Seinsknubbel, unverschluckbar
(unerreichbare Gegenteil-Häppchen). - Taugen,
miteinander verbunden, als Käfig

(oder nur die Verbindungen, knotenlos), - und drin,
in die Ecke geduckt, das verschüchterte Huhn

(flatternd, wenn jemand kommt, mit den gestutzten
Flügeln.

Wie gehetzt.)
Wie verschreckt.

Die Blicke der Greisin sind klein und huschen,
habe ich öfter gesehen. So geistert sie,

entgeistert,
nicht mehr das Rebhuhn der Steppen zu sein.
Ça ira.

17.10.1995

© Urs Engeler Editor Basel, Weil am Rhein und Wien 1998
Aus: Mensch sein, nicht
Basel, Weil am Rhein und Wien: Urs Engeler Editor, 1998
ISBN: 3-905591-04-9
Audioproduktion: 1999 M. Mechner, literaturWERKstatt berlin

En veinte años

me podré vieja, ¿eh? Es decir, achacosa,
debilucha, tendré lagunas de memoria,
de percepción, más que casuales, sí, seguro:

sistemáticas, casi.
Los tales agujeros, como apolilladuras,

serán por otro lado, sin embargo,
concentraciones de tejido -pero sólo agujeros para mí-
indisolubles,
impenetrables nudos. Y yo en medio.

Desde que puedo pensar, un vocerío siempre,
cuando consigo ir a alguna parte, de alguna parte
(inesperadamente) a alguna parte.

Habré compuesto, hilado, este ir,
de por vida, en un texto, pluscuamperfectamente.

Así percibiré, con todo, de modo duradero también,
cada vez más agudo, más rápido que ahora & de por vida,
lo que, espesado, permanece,
en tanto que yo amenguo.

Amenguo, me paro más y más, de pie, me pasmo
y se acabó. Me doy la vuelta, ¿igual que ante puertas cerradas?

Estar ausente, al fin, igual que siglas
de perspectivas que me rebasaron

estando ya en el mundo, de pasado imperfecto.
Valor de soldado en campaña, resignado a su sino.

Igual que comadreja, que sea, claramente,
lo mismo que el arroyo: agua resplandeciente.

No escucharé las cosas indigestas
que se digan. Materia pura, cállate.

Agujeros semánticos, dura traba del ser
(inalcanzables bocados de contrarios). Sirven,
unidos entre sí, como una jaula

(o sólo los enlaces, sin nudo), y allá adentro,
metido en un rincón, el pollo intimidado

(y que revolotea, si alguien viene,
con alas recortadas.

Como acosado.)
Como aterrorizado.

Las miradas de la anciana, pequeñas, se deslizan,
a menudo lo he visto. Así anda errante,

estupefacta,
pues no es ya la perdiz de las estepas.
Ça ira.

Traducción al español de Andres Sanchez Robayna
© Andres Sanchez Robayna