Tomás Cohen
PASAMANERÍA
PASAMANERÍA
Pastor a goterones
de plomadas, de medusa,
sin hallar la cueva
te llueves, de bruces
y rosas lamentables
de papel que incendia
traman la frazada
de vello sobre el niño.
Pastor sin adonde
el balar huyera,
te refugias en la flauta
como si ordeñaras
y pisadas de ola,
venturosas en la arena,
espuman, abruman
instantes de hueso.
Niño lanudo, pastor seco,
¿qué tambor atruena?
¿Qué algazara
todavía vuelca estantes
y estampa antílopes en bicho?
Pastor manco, niño empapelado,
¡qué bombo en estadio vacío
apenas para circuir que ablanda!
¡Qué escabeche genital y veneno atento
no más para regar con monedero!
Del leopardo del suelo jaspeado por llovizna
que trepa sin garras, de manchas a vapores,
no distingo ya tu néctar estrellado
y del cadáver delantero a tu siga
va al mercurio un dolor de lingotes.
Momio adolescente que tallas como leñador,
dale con tu purga y durma,
con tu disparate, liquidación y aguacero̶
Mas, todavía
la felpa de potro rellena a un conejo,
todavía, el pecho de fiesta que no invita,
idos los ladrones, todavía
ladra enrejado un corazón,
¿de quién?